Encontrar Ex compañeros
de la secundaria Telpuchcalli 35-31
Es el motivo de la búsqueda
incesante de este sitio:
"Telpuchcalli 354-31 Generaciones perdidas"
Durante varios años a algunos de los que hacemos posible este Sitio Web (con sus aportes: datos, fotos, videos y comentarios), nos nació la inquietud por saber que fue de nuestros compañeros y compañeras asi como de nuestros profesores de la secundaria de las Generaciones 1972-1986
¿donde se encuentran en la actualidad? ¿que fue de sus metas de sus sueños de sus proyectos? y sobretodo revivir algunos recuerdos de como vivimos en su momento el paso de nuestra vida de la adolescencia a la etapa adulta.
Los editores
El 11 de octubre de 1972 abrió sus puertas por vez primera, con fines experimentales.
Fue promovida por el C. Srio. de Educación Pública, el Ing. Víctor Bravo Ahuja en 1971, con la finalidad de reestructurar la educación convirtiéndola en la fuerza
impulsora del desarrollo de la nación.
En tiempos de los mexicas había dos tipos de escuelas: CALMECAC, “hilera de
casas”, en la cual se preparaba a los nobles para el sacerdocio; y la otra, TELPUCHCALLI “casa de los jóvenes” para la educación corriente. Había una en cualquier barrio de la ciudad. El
Telpuchcalli enseñaba civismo, empleo de las armas, artes y oficios, historia y tradiciones, así como la obediencia a las normas religiosas comunes. El objeto principal era preparar a los jóvenes
para la guerra; la disciplina era menos severa.
Lema de las escuelas experimentales:
“Educar a un hombre no es enseñarle algo que no sabía, sino hacer de él, el hombre que no existía”.
Telpochcalli (en náhuatl ‘casa de los mancebos’), eran centros en los que se educaba a los jóvenes del pueblo, a partir de los 15 años, para servir a su comunidad y para la guerra.
A diferencia de los nobles que asistían al calmécac, los vástagos de los plebeyos, conocidos genéricamente como macehualtzin, asistían al telpochcalli. Estas escuelas para jóvenes se encontraban en cada barrio o calpulli.
La vida en los telpochcalli era dura.
Desde la madrugada comenzaban las extenuantes actividades.
El día iniciaba con un helado baño, seguido de una comida frugal y muy controlada.
Solían memorizar los cantares con los hechos relevantes de sus mayores y las alabanzas de sus dioses, además de aprender y ejercitarse en el manejo de las armas como el átlatl, instrumento utilizado para lanzar pequeñas lanzas, y el macúahuitl, la espada de madera con filos de obsidiana.
Los alumnos tenían otras obligaciones, como la de reparar los templos (teocalli), acarreando los materiales necesarios, y trabajar las tierras y heredades de forma colectiva para su sustento.
Especialmente se buscaba su resistencia al dolor mediante prácticas de autosacrificio. Los alumnos ociosos o incorrectos eran castigados severamente. Por ejemplo, la embriaguez se penalizaba con la muerte.
Si alguno de los alumnos sobresalía por su habilidad y valor en las guerras de conquista, algún día podría llegar a ser ciudadano distinguido a quien se premiaba y rendían honores.
Cuando alcanzaban la edad requerida para casarse, finalizaba su instrucción en el telpochcalli.
Fuente: Wikipedia
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contacto: David Gonzalez, mail. pc.hard@hotmail.com